A fines de 1985 e inicios de 1986 fue el inicio de toda esta bella historia “TAMBO”, creada por DOS HUARACINOS con ganas de brindarle algo bueno a esta hermosa ciudad. El primer local fue hecho de adobe, con un logo que luego sería modificado, plantando a su vez a los siempre recordados “SAUCES” que nos acompañarían por 15 años.
Vemos a Nancho regando sus árboles aún pequeños, con la esperanza de que crezcan sanos y fuertes al igual que su pequeño negocio, que regaba día a día y que terminó convirtiéndose 31 años después en un negocio lleno de recuerdos, anécdotas y emociones impregnadas, todos de generaciones distintas, como tú, tus padres y quizá abuelos aquí en Huaraz.
Si eres de la generación del 90 ve y pregunta a tus padres sobre algún grato recuerdo del TAMBO, si se escapaban para salir a bailar, si encontraron a la esposa que tienen hoy, o alguna otra gran anécdota.
Nosotros guardamos de todos ustedes cada recuerdo y situación vivida con una grata sonrisa y alegría en el alma. Gracias por habernos permitido formar parte de su historia y gracias por haber formado parte de la nuestra.
El origen del nombre “Tambo” se remonta a 1985. Cuando nuestro local ya albergaba el bullicio de las personas que disfrutaban del “conejo a la parrilla” y que funcionaba en una pequeña cabaña, aún sin nombre. En el trayecto de un viaje a Huancayo, el ayudante del tren anunciaba la llegada a una ciudad llamada “El Tambo”. Aquel nombre resonó en el corazón de Nancho, evocando los «Tambos» ancestrales, refugios sagrados de reposo, alimento y cobijo en los senderos incas. A Nancho le gustó ese nombre y decidió que reflejaba perfectamente la esencia de su bar. Desde entonces, el bar «Tambo» se ha convertido en un lugar donde tanto lugareños como visitantes pueden descansar, relajarse y disfrutar de una sana diversión.